Este año la economía mundial podría crecer alrededor de un 6%, otro 4,5% en 2022. Así lo pronostica el último Estudio Económico de América Latina y el Caribe elaborado por la Cepal. Sin embargo, las perspectivas muestran crecientes divergencias entre países, algo que es común ver en la región, con algunas economías saludables y robustas que tienen como vecinos a países con paupérrimos desarrollos.
Estas discrepancias se verán aún más marcadas con el paso de la pandemia, tanto en cómo pudieron soportar los sistemas de salud el incesante paso de pacientes, como por la accesibilidad y rapidez en los procesos de vacunación de cada país.
La región centroamericana sabe de divergencias y eso se traduce en las distintas proyecciones manifestadas para las naciones que componen la región. Mientras para Panamá se estima un crecimiento del PIB del 12%, Nicaragua experimentaría una expansión de solo el 2,5%, crecimiento, que, por cierto, podría ser menor dada la crisis política que está experimentando el país mientras se escriben estas líneas.
De acuerdo con Cepal, América Central experimentaría este año un crecimiento promedio del 5,5%, levemente por debajo de América Latina y el Caribe en su totalidad, que crecería un 5,9%.
Pero en 2022 la historia sería distinta. Habrá una desaceleración generalizada, no obstante Centroamérica estará mejor parada que la región en su totalidad. Mientras que para América Latina y el Caribe se estima un aumento del PIB del 2,9%, los países centroamericanos se alzarían un 4,6%, nuevamente con Panamá y Nicaragua en los extremos, con aumentos de un 8,2% y un 1,8% respectivamente.
Impactos en la construcción
Si bien en términos generales los países centroamericanos tienen en cartera varios e importantes proyectos de infraestructura, muchas de las iniciativas siguen sumidas en la incertidumbre. No se puede olvidar que la pandemia azotó con fuerza y muchos países optaron por cierres completos, impactando directamente al sector de la construcción.
Un ejemplo de lo anterior es Panamá, cuya industria constructiva necesitará algo más de tiempo para recuperarse. De acuerdo con un reciente artículo publicado en el medio local La Prensa, las construcciones, adiciones y reparaciones particulares aprobadas en los principales municipios del país sumó US$$537.9 millones entre enero y septiembre de este año, cifra un 40% por sobre el mismo periodo de 2020, pero todavía un 39,2% por debajo de los primeros tres trimestres de 2019, tiempo antes del confinamiento y el cierre de actividades para frenar la pandemia.
Cabe destacar que la industria registró el año pasado una estrepitosa caída del 51,9%, según datos oficiales.
Ayudará a la recuperación del sector proyectos como la Línea 3 del metro de Ciudad de Panamá, uno de los proyectos de infraestructura más grandes de Centroamérica y que requeriría inversiones por unos US$2.500 millones.
A comienzos de octubre comenzaron las obras de la primera de las 14 estaciones que tendrá la nueva línea.
Cabe destacar que el proyecto original incluía además un cuarto puente sobre el Canal, el que posteriormente fue retirado de la iniciativa para gestionarse independientemente. En este contexto asoma el interés de Japón por construir un paso subterráneo y que podría requerir inversiones por US$13 millones.
Costa Rica también fue testigo de fuertes restricciones de movilidad debido al covid-19 y el sector de la construcción sufrió un fuerte deterioro. De hecho, la pandemia habría paralizado o atrasado la mitad de las obras.
Pero este año la industria ha experimentado una recuperación. Según el último Índice mensual de actividad económica elaborado por el Banco Central de Costa Rica, en septiembre la construcción creció un 20,8% interanual por la mayor edificación con destino privado (32,4%) de naves industriales, bodegas, edificios y viviendas de clase media y alta.
No obstante, la construcción con destino público se habría contraído un 19,7% por la menor ejecución de proyectos de energía eléctrica, carreteras y puentes, entre otras obras.
La buena noticia es que, de acuerdo con el indicador, la actividad recuperó los niveles prepandemia en mayo de 2021 y en septiembre registró un incremento de 12,0% respecto a febrero de 2020.
En el caso de Costa Rica uno de sus principales proyectos también tiene que ver con el transporte. Se trata del Tren Eléctrico de la Gran Área Metropolitana (GAM), iniciativa que demandaría inversiones por unos US$1.550 millones y consiste en un sistema ferroviario bidireccional de 84 kilómetros que conectará las ciudades de Cartago, San José, Heredia y Alajuela.
El Instituto Costarricense de Ferrocarriles convocó un proceso de licitación cuyas ofertas se recibirán hasta finales de este mes.
Golpe tropical
Honduras no sólo experimentó el cierre de obras debido a la pandemia, ya que para generar un escenario aún más complejo, en noviembre de 2020 el país fue azotado por el huracán Eta, de categoría 4 y tres semanas después, por Iota, de categoría 5.
Desde la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción creen que las obras que se ejecutan para reparar los daños dejados por la tormenta podrían ayudar en la recuperación del sector, aunque el crecimiento, de haberlo, podría ser leve, dado que si bien las inversiones públicas están empujando el sector, todavía existe mucha incertidumbre en lo que se refiere a inversiones privadas, especialmente por el proceso electoral presidencial del 28 de noviembre.
Paso más firme
Guatemala no fue una excepción al cerrar las actividades para frenar la pandemia y la construcción no fue considerada esencial. De acuerdo con estimaciones oficiales el sector se habría contraído un 6,1% el año pasado.
No obstante lo anterior, el país tendría buenas expectativas para la industria, y según el Banco de Guatemala crecería un 7% este año, siendo el sector de la economía que más crecerá, aportando un 4,4% del PIB nacional.
Cabe destacar que el país está impulsando el programa Guatemala No Se Detiene, el que actualmente cuenta con más de 40 iniciativas que podrían involucrar inversiones por sobre los US$5.000 millones.
Salvándose
La construcción salvadoreña experimentó una contracción del 15,1% durante 2020, casi dos veces la recesión de la economía en general, que fue de un -7,9%. No obstante, se percibe optimismo en el sector y la Cámara Salvadoreña de la Industria de la Construcción apuntaría a un crecimiento superior al 4% para el sector este año. De hecho, de acuerdo con declaraciones del presidente de la entidad, Luis Dada, el sector de la construcción podría recuperar los indicadores pre-pandemia el próximo año.